"In the Mood for Love" (Wong Kar Wai, 2000)

"In the Mood for Love" es una película que retrata el amorío entre dos vecinos casados que se conocen en los pasillos del edificio donde viven.

El film presenta dos personajes principales, uno femenino y otro masculino. En todo momento ella está rodeada y representada por el color naranja/rojo mientras que él está representado con el color verde. Esto se hace muy evidente con las puertas de sus respectivos departamentos.

A lo largo de toda la película ella se ve afectada por problemas relacionados a los hombres: ayudar a su jefe con su esposa, su esposo que no está nunca en la casa y, sobre todo, el romance con su vecino. No resulta casual que cada vez que la vemos a la protagonista siempre haya algún objeto verde interactuando con la imagen, por ejemplo, lámparas o tazas de té, entre otros. Casi al final de la película, cuando la vemos llorar porque su amorío debe terminar, ella viste con un atuendo completamente verde, ella realmente está sufriendo por un hombre.

En contraparte, al personaje masculino casi nunca se lo ve afectado por su relación con las mujeres entonces son escasas las veces que se ven sus planos intervenidos con cosas rojas o naranjas. Pero eso no significa que no suceda nunca en la película. El personaje cuando se da cuenta de que está enamorado de su vecina alquila una habitación de hotel donde casi todo es rojo, donde él se ve dominado por esta figura femenina.

La mayoría de los planos son cerrados, generando una sensación de encierro y claustrofobia en el espectador. Los personajes están en constante presión por sus pensamientos o sentimientos, encontrándose a lo largo de casi toda la película encerrados por límites internos del cuadro, ya sean puertas, paredes u objetos.

Durante las primeras escenas donde se encuentran los protagonistas, ya siendo amantes, ninguno de ellos se ve en el plano sino que la cámara se encuentra fija detrás de una especie de estantería y apuntando hacia donde estarían ubicados los personajes. El realizador parece dar cierta intimidad y secretismo a los personajes, sin que los espectadores ni el resto de personajes sean del todo conscientes sobre lo que pasa entre ambos.

Sin embargo, hacia el final del film los planos se vuelven más abiertos y rompen esa idea de intimidad que generaban los planos más cerrados.